Antonio Lamela: “La prefabricación tiene un inmenso futuro”
Así piensa el prestigioso arquitecto Antonio Lamela quien, amablemente, tras su visita a la fábrica de viviendas American Building System, S.A. (ABS), ha concedido una entrevista a la Asociación de Fabricantes y Constructores de Casas de Madera de España (AFCCM).
¿Es mejor fabricar una vivienda que construirla “in situ”?
Todo lo que se haga con una mano de obra especializada y en taller, en vez de en obra, significa mejorar. No es lo mismo estar trabajando en un andamio, colgado de un cinturón, a cuarenta grados o a menos tres, que estar trabajando en un taller, reposadamente, con una confortabilidad establecida y con tiempo, incluso, para meditar si el clavo está mejor aquí o un poco más abajo.
Hace pocos años nos convencimos de la importancia del I+D (Investigación + Desarrollo). Después añadimos una i (Innovación). Naturalmente, Investigación, Desarrollo e Innovación se pueden realizar mucho mejor en la fábrica, que no improvisadamente en el lugar duro de trabajo.
A la I+D+i yo le añado una F, de Formación.
La Formación incluye enseñanza y aprendizaje. Y eso se más eficazmente en la prefabricación.
Todo lo que sea ir a la improvisación, que es lo contrario de la prefabricación, es un mal camino.
¿No cree Vd. que el calificativo de “prefabricado” es peyorativo en el mundo de la construcción?
No es ése el concepto que yo tengo. Es todo lo contrario. Lo que sucede es que hasta hace muy poco tiempo, la prefabricación no se practicaba seria, concienzudamente y, sobre todo, no se sabía explicar ni comunicar.
Cuando yo empecé a ejercer la profesión de arquitecto; antes de terminar la carrera, una cosa tan específica como los hormigones se elaboraba in situ, en la propia obra. Con áridos y cementos de dudosa calidad y procedencia. Mezclándolo a ojo…
En otros lugares del mundo, los hormigones se confeccionaban en una central hormigonera. Yo introduje aquel sistema en España: el sistema Prebetong.
De alguna forma, era una prefabricación de morteros. En la central, el cemento utilizado era analizado, y en ningún caso era de barreduras. Los áridos eran controlados y lavados, como corresponde. Con otro valor añadido: se suministraba cantidad y calidad a la medida de las necesidades del cliente, y a la hora que se necesitaba. Es una de las múltiples ventajas de la prefabricación o preelaboración.
¿Qué le pareció la visita que realizó recientemente a American Building System, en Azuqueca de Henares?
ABS me pareció una magnífica fábrica de viviendas. Allí, todo parecía controlado; cada material, cada proceso… sus calidades y prestaciones.
Como particular, observé la profunda preocupación de esta empresa por alcanzar con sus productos la máxima eficiencia energética. En su planta de producción ensayan y analizan sistemas. Sin duda, es el escenario ideal para hacerlo.
Además, el cliente puede solicitar “a priori” modelo, características y acabados de su casa. Es el futuro.
¿Qué opinión le merece la madera como material de construcción?
Soy un amante sincero de la madera. La madera ofrece muchas ventajas, si se hacen las cosas bien, naturalmente; si está correctamente seleccionada, secada, tratada y colocada, con un buen diseño previo.
Con más de cincuenta años, numerosos elementos de madera instalados en los edificios que yo he diseñado, hoy superviven porque en su día acertamos con los procedimientos para su correcta aplicación. Como venimos diciendo, sin improvisación, y con seriedad, no marginando la responsabilidad.
A su juicio, ¿convendría crear una normativa específica para las viviendas fabricadas?
Es fundamental que se haga. Y, además, que esa normativa sea aplicable en la realidad. Si un modelo de casa fabricada cumple con dicha normativa, no es lógico que haya que realizar un nuevo proyecto independiente para cada edificación de dicho modelo. Sin menoscabo de que se aplique código civil y penal, con todas las consecuencias, a quien funcione fuera de la ley. En Estados Unidos quien se salta la normativa, por descontado, no vuelve a construir jamás. Y puedo asegurar que casi nadie está dispuesto a correr ese riesgo.
¿Es lógico que cada municipio pueda decidir si es posible, o no, construir con madera en su demarcación?
Hemos cometido el grave error de que cada autonomía y cada municipio pueden tener y hacer cumplir sus principios diferentes. Algo que es válido para una localidad, puede no servir en la de al lado. Se arrogan el derecho de decidir si es posible, o no, construir con un determinado material o sistema, validado por el Código Técnico de la Edificación.
Entretanto, muchos municipios han dado licencias, bajo corrupción, en terrenos que no son de su competencia. Pero eso parece que a nadie importa, mientras seguimos pagando las consecuencias.
¿Qué opinión le merece el Código Técnico de la Edificación, como guía para diseñar y construir edificios en la actualidad?
El Código Técnico de la Edificación, como cualquier norma o ley, ha de permitir la interpretación. Pero en la realidad, al salirnos de él, topamos con Roma. Hay que defenderlo y conocerlo bien, para aplicarlo con honradez, rigor y limpieza, porque es el marco en el cual debemos movernos. No se debe quebrantar el CTE, pero sí poder interpretar. Sería deseable crear un organismo que estudiara las disgresiones al Código, con una respuesta oportuna y rápida.
Para concluir, ¿cómo augura Vd. que será el futuro de la construcción en España?
Los sectores de la construcción e inmobiliario de España están muy dañados en estos momentos; hasta el punto que vamos a tardar lustros en reestablecerlos. Estalló la burbuja inmobiliaria, y el futuro es penoso, desmoralizador y poco esperanzador. Hasta que no se absorba todo lo que está en venta en estos momentos, no empezaremos a ver la luz. Pero debemos luchar duramente contra tal situación.
Las viviendas fabricadas proponen una solución válida en este panorama, ya que garantizan calidad y desatan nudos en cuestiones como el suelo o la financiación. Objetivamente, creo que esta vía, en esta época, tiene más recorrido que la construcción tradicional.