HAUS FINLAND, pionera en la construcción de casas finlandesas en España
En una época de crisis como la actual, se tiende a construir casas más pequeñas. Esto redunda no sólo en su coste de instalación, sino también en que es más económico calentarlas en invierno. Normalmente, las casas de ladrillo pequeñas -hablamos del segmento entre 100 y 150 m2- son edificios poco atractivos, de escasa belleza, por no decir de cierta tosquedad.
No sucede así con las casas macizas de troncos, donde el material básico de construcción es el que dota a la vivienda de una belleza peculiar, sin tener por ello que recurrir a grandes presupuestos.
Los muchos años que lleva Haus Finland trabajando en España le han permitido atesorar una experiencia concretada en aquilatar los costes.
Hasta el año 2000, el consumidor español padecía cierta incertidumbre a la hora de comprar una casa de madera, principalmente debido al desconocimiento que existía sobre este tipo de construcción, que en nuestro país no es tradicional. Se ignoraba realmente la calidad del producto adquirido, lo cual es grave para un bien que debe de tener una duración mínima de 80 años. Se ignoraba también la procedencia real de la madera, basándose exclusivamente en la “promesa del vendedor”.
AFCCM, el garante
Haus Finland es miembro de la AFCCM desde su fundación.
Construcciones robustas
La característica principal de las casas de Haus Finland son precisamente sus troncos – de la especie Pino Silvestre- que convierten sus viviendas en unas construcciones únicas en su especie. El clima frió de Finlandia, añadido a que los pinos están cargados de nieve -y por tanto, de mucho peso- son razones que ralentizan su crecimiento. Los bosques en Finlandia son densos, la luz escasa, y los árboles deben crecer rectos en altura para que las copas puedan alcanzar la luz del sol. Esta es la clave de una madera dura y recta.
Finlandia es el único país nórdico que dispone de pinos de 200 años, en bosques que se vienen tratando desde hace décadas, con una tala sostenible y controlada, con la cual se plantan dos pinos por cada uno que se corta. Un pino de 200 años, cortado por encima del Círculo Polar Ártico – como lo son todos los de Weekend House- tiene un diámetro de unos 30 cm., mientras que ese grosor, en España o Centro Europa, se obtiene a los diez años de vida del árbol.
Por eso las casas de troncos de pino finlandés tienen una duración ilimitada: de hecho existen casas en pie de hasta 800 años.
mucho sol. Esto era en parte cierto, hasta la aparición de los protectores de madera con filtro solar; los llamados lasures. Reponiendo la protección exterior con una impregnación cada cuatro años, se consigue que una casa finlandesa dure los mismos años en España que con un clima nórdico.
En cuanto al aislamiento térmico, un tronco cortado por encima del Circulo Polar Ártico, con 8 cm. de grosor, tiene la misma capacidad de aislamiento que uno de 30 cm. de ancho de un pino de crecimiento rápido. Por eso resulta ridículo que en España se atienda exclusivamente a la sección del tronco a la hora de verificar la capacidad de aislamiento. Eso favorece precisamente a los pinos que no son aptos para la construcción, al compararlos en condiciones “ceteris paribus”, a pinos de crecimiento lento y alta dureza.
Finalmente hay un tema que preocupa mucho en España, como es la termita, problema ya endémico en pinos provenientes de países como Rumania o Canadá, que produce que estas viviendas no tengan una vida siquiera de los 10 años que marca como mínimo el Código Civil.
De las diez mil viviendas que ha producido Weekend House en el mundo en su historia, incluyendo las 400 construidas en España, ninguna ha padecido termitas ni carcoma. No hay ningún tratamiento, por alto que sea su poder de penetración, que dure más allá de los diez años. Por tanto, cualquier madera que contenga serrín, por muy sofisticado que haya sido su tratamiento, en diez años estará a merced de los parásitos de las maderas blandas. No así evidentemente en las maderas duras, con círculos de duramen muy juntos, que las termitas físicamente no pueden superar.
Por eso las casas finlandesas son “la pata negra” de las viviendas de madera. El jamón no se cotiza por kilos. Aunque todos provienen del cerdo, vale más el kilo de ibérico de bellota, que el de blanco engordado con pienso. Igual pasa con la madera, todos son “Pino Silvestre”, pero no valen lo mismo todos los troncos de un mismo diámetro.
Texto: Enrique Rovira
Fotos: Haus Finland